Everyday conversations: 20 estructuras que usarás de verdad
Si estudias inglés, seguro que te ha pasado alguna vez: sabes vocabulario, recuerdas las reglas… pero cuando intentas hablar, de repente las palabras no salen. Tranquilo: no es un fallo tuyo; es algo totalmente normal. Y tiene una explicación muy sencilla: la diferencia entre el llamado conocido y el lenguaje productivo. ¿Te suena?
Lenguaje conocido vs. lenguaje productivo
Cuando estudias una lista de vocabulario o lees nuevas expresiones, tu cerebro las reconoce sin problema. A esto lo llamamos lenguaje conocido: sabes lo que significa, puedes identificarlo en un texto e incluso entiendes cuándo alguien lo dice. Pero entender algo no significa que puedas producirlo.
El lenguaje productivo es ese que te sale de forma espontánea: cuando reaccionas rápido, cuando respondes sin pensar demasiado, cuando mantienes una conversación sin quedarte en blanco. Y para llegar ahí no basta con memorizar —hay que practicar, repetir y usar esas expresiones en situaciones reales (aunque sean pequeñas).
Este booklet está diseñado precisamente para ayudarte a hacer esa transición: de "esto me suena" a "esto lo digo yo".

¿Por qué te va a resultar útil?
Porque aquí no vas a encontrar frases de manual que casi nadie usa en la vida real. Vas a encontrar expresiones auténticas, de esas que escuchas en series, en redes sociales o en conversaciones informales, y que realmente necesitas para sonar natural.
Este recurso te ayudará a:
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Transformar el vocabulario pasivo en vocabulario activo.
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Hablar con más soltura, sin buscar palabras desesperadamente.
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Incorporar estructuras realistas a tu manera de expresarte.
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Ganar confianza al ver que tus frases salen cada vez más rápido.
Cómo aprovecharlo al máximo
La clave no está en leértelo de una sentada, sino en aplicar lo que aprendes. Aquí tienes algunas ideas sencillas para convertir estas expresiones en tuyas:
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Elige 3 o 4 expresiones por semana y repítelas en voz alta hasta que te resulten naturales.
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Úsalas en microsituaciones: un mensaje, un recado, una nota de voz, un comentario en clase.
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Sustituye tus frases automáticas por opciones nuevas: si siempre dices I don't know, prueba con I've never thought about that.
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Haz pequeños retos diarios: una expresión nueva al día en cualquier interacción real.
Todos estos pasos entrenan tu cerebro a producir inglés, no solo a reconocerlo. Y ahí es donde está la verdadera mejora.
Descárgalo, guárdalo y vuelve a él cada vez que necesites un empujón de ideas.
Con un poco de práctica, verás cómo estas estructuras comienzan a salirte solas… y tu inglés del día a día se vuelve mucho más natural. ✨